miércoles, 27 de octubre de 2010

final del cuento la persecución del maestro.

Viendo al discípulo arrodillado a sus pies el borracho le dijo ¡ahora, ahora vienes! después que te dije que yo era tilopa quiere que te meta un pie en un ojo para que me respete y aprendas a creer, así que si quieres ser mi discípulo tendrás que afrontar difíciles pruebas y duce el discípulo mire señor borracho yo no quiero ser su discípulo ni nada por el estilo así que écheme un cono de hilo que tengo que ir al supermercado a comprar unos huevos para la cena, solo quería saber si usted seguía vivo y así es, tenga cincuenta pesos para un brugal blanco.
Así el discípulo compro sus huevos e hizo un revoltillo con jamón y queso y fue la mejor cena que había tenido desde hace un mes.

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